La piel actúa como una barrera protectora contra el medio ambiente, regulando la temperatura corporal y previniendo la entrada de gérmenes y bacterias. La piel protege el cuerpo de muchas maneras y también cumple otras funciones. Contiene terminaciones nerviosas que le permiten sentir cuándo un objeto está muy caliente o afilado. Las glándulas sudoríparas y los pequeños vasos sanguíneos en la piel ayudan a controlar la temperatura corporal. Y las células de la piel convierten la luz solar en vitamina D, que es importante para la salud de los huesos. La piel también puede avisar sobre un problema de salud. 

 

Consejos para una piel sana

  • Protégete del sol: usa protector solar, quédate en la sombra entre las 10am y las 4pm, usa ropa de protección solar.
  • No fumes: fumar daña las fibras de colágeno y elastina, las cuales le dan la fuerza y flexibilidad a la piel.
  • Lleva una dieta saludable: la alimentación equilibrada puede ayudar a prevenir los daños que llevan al envejecimiento prematuro de la piel.
  • Controla el estrés: demasiado estrés puede aumentar la sensibilidad de la piel y desencadenar brotes de acné y otras afecciones cutáneas.
  • Mantén una rutina de higiene e hidratación adecuada: usa limpiadores sin fragancia ni alcohol, evita los jabones abrasivos y aplica crema después del baño. 

 

Cuándo acudir a consulta con un dermatólogo

  • Cambios o alteraciones en la piel, cabello o uñas.
  • Presencia de lunares sospechosos.
  • Problemas persistentes como acné, picazón o caìa del cabello.

 

Es importante realizar revisiones periódicas al menos una vez al año para evaluar el estado en el que se encuentra tu piel, realizar un seguimiento de la evolución, detectar cualquier alteración de manera temprana y en su caso tratar de forma oportuna. 

 

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